miércoles, 3 de diciembre de 2008

Linotipia

La linotipia (también conocido como linotipo) es la máquina inventada por Ottmar Mergenthaler que mecaniza el proceso de composición de un texto para ser impreso. Antes de que se inventase la linotipia el proceso de impresión era manual. Cada página de un periódico o una publicación se componía a mano con componedor y una regleta. Sobre la regleta se iban disponiendo las letras, o caracteres tipográficos componiendo palabras, signos de puntuación y espacios en blanco, que el operario debía de coger de unos depósitos en los que se encontraban una gran cantidad de caracteres clasificados por orden. Obviamente, existían distintos tipos de tamaños para cada carácter y se elegían en función de las características y énfasis del mensaje. Por ejemplo, para componer los titulares se usaba un tamaño mucho mayor que para el corpus del texto. Exactamente igual, a como se hace hoy en día, solo que el procedimiento era completamente artesanal y muy lento y tedioso.

Con la linotipia, el proceso de composición se reducía notablemente. El operador, pulsando la tecla correspondiente ubicada en un teclado similar al de la máquina de escribir seleccionaba un carácter tipográfico determinado. Al pulsar la tecla, automáticamente la matriz o molde de la letra particular quedaba libre y salía de un depósito que se situaba en lo alto de la máquina. Posteriormente, dicho molde descendía a un centro común, en donde dicha letra, seguida de otras, formaban las palabras y espaciados que el operador había seleccionado al copiar el texto que tenía delante.


Cuando una línea constituida por las palabras y espacios correspondientes, formada por estas matrices, quedaba completa, pasaba automáticamente a una caja de fundición, donde entraba metal fundido y formaba un lingote que constituía una línea de caracteres de imprenta.



Una vez que las matrices habían servido de molde para este fin, se recogían por la misma máquina y se trasladaban, nuevamente al receptáculo superior de donde habían salido inicialmente, distribuyéndose automáticamente en los cajetines que les correspondiesen y dispuestas, de nuevo, para descender al pulsar sobre el teclado. De este modo, se iban componiendo las líneas de caracteres de imprenta con el metal fundido, hasta que el original entero quedaba acabado y devuelto al centro correspondiente. En éste se toma una prueba que se envía al corrector, donde se compara con el original.


La composición está entonces en disposición de pasar al sitio que le corresponde con arreglo a lo determinado por el director del periódico o, por costumbre, si se trata de alguna materia que tiene ya su sitio fijo en el periódico, como los informes de mercados, el confeccionador rutinariamente la coloca inmediatamente en dicho lugar.

Decidido el número de páginas que ha de llevar el periódico, para cada una de éstas hay una forma en la cual se disponen los anuncios de acuerdo con las disposiciones dictadas por el departamento administrativo. Esta forma se ajusta dentro de un marco metálico, de tal modo que queda toda la composición formando un sólido perfectamente nivelado sobre la platina o mesa metálica donde se hace el ajuste. Con la confección de estas formas queda terminada una de las fases o ciclos del departamento mecánico y la tarea pasa de mano de los tipógrafos a la de los estereotipistas.


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